Aceptación de las pérdidas. Pronto pueden ser ganancias ('Aprendiz de sabio', Bernabé Tierno, 49/126)


Aprendiz de sabio. La guía insuperable para mejorar tu vida

 

- Tercera parte: Cien "lecciones-reflexiones" de sabiduría esencial que deben ser bien meditadas y llevadas a la práctica en la vida cotidiana.

 

- 24.- Aceptación de las pérdidas. Pronto pueden ser ganancias.

 

"¿Queréis que no os sea tan sensible la pérdida de las cosas del mundo? Pues no deseéis con ansia lo que no tenéis, ni tampoco améis con exceso lo que poseéis" (San Francisco de Sales).

 

"Acepta la dinámica inexorable de la existencia: todo acaba por destruirse, morir, perecer, quedar reducido a la nada; un vaso que se rompe, el perro "tan querido" que muere... Todo se diluye y fenece. Acéptalo con paz, sabiendo que también todo se renueva constantemente. Sabemos que todo es un incesante morir y renacer. ¿Qué pasa con los sentimientos, con los afectos, con las buenas acciones? Quiero creer que existe, no sé en qué dimensión, un universo del bien llamado eternidad, en el que viven por siempre hermanadas las almas de las personas que pasaron por la vida sembrando amor y bondad".

 

No podemos quedarnos enganchados en las cosas ni en las personas ni en las situaciones. Todo es un fluir y un renacer permanente al que en vano intentamos resistirnos. Esto es la vida, así es nuestra existencia. Estamos ante realidades que es inútil negar y sólo nos queda aceptarlas de buen grado.

 

En la reflexión número diecinueve me refería a una actitud básica del aprendiz de sabio que es aceptar que los problemas son un componente de nuestra existencia, que es absurdo perder tiempo y esfuerzo en lamentarnos en vano y que la única actitud inteligente es darles la mejor solución que podamos, buscar alternativas y si no se puede hacer nada, soportarlos como algo que padeceremos un tiempo, pero con una disposición positiva.

 

Hoy reflexionamos sobre otra realidad en la que nada se puede hacer, salvo vivirla con gozo y sabiduría, con actitud inteligente, la realidad de que todo se destruye, diluye y fenece, pero vuelve a construirse, a cristalizar y a renacer: el incesante morir-nacer-vivir que tanto nos inquieta y que seguramente tiene que ver con ese principio natural del equilibrio o compensación. Por cada aspecto negativo hay otro positivo, como por cada negación existe una afirmación compensadora. Como bien decía Emerson, el universo está en equilibrio porque nada tiene una sola cara: macho y hembra, noche y día, vida y muerte, electrones y protones...

 

El aprendiz de sabio procura que no le afecten demasiado las pérdidas de las cosas de este mundo, porque es consciente de que en cada pérdida puede encerrarse una ganancia, que cada "fracaso" proporciona las semillas de un éxito compensatorio, equivalente o superior. La fe y la confianza en sí mismo, la esperanza y la actitud mental positiva tienen su base firme en este constante renacer en la naturaleza. Si nos encontramos en un momento neutro o negativo, es lógico que alberguemos esperanza, como tras la noche sabemos que viene el día y después de la tempestad la calma y al invierno le sigue la primavera.

 

En el supuesto de que los días aciagos se prolonguen y la mala racha se enquiste en nuestras vidas, nos queda el recurso de maximizar los aspectos positivos que podamos rescatar de la situaciones negativas.

 

Por último, se me antoja que más allá de lo material y corpóreo y en otra dimensión existe un universo del bien, de las buenas obras que en vida no recibieron reconocimiento y recompensa. Me reconforta pensar que los sufrimientos, los esfuerzos, las acciones nobles y heroicas y el paso callado, pero eficaz e imprescindible, del bien en el deambular cotidiano de muchísima buena gente no pueden convertirse en humo, en eco, en nada.

 

No tendría sentido un mundo en el que la estulticia, la maldad, la superchería y la mentira fueran los valores y virtudes de unos descerebrados sin sensibilidad y sin cordura. Cabe esperar el imperio del bien, de la inteligencia y de las nobles acciones.

 

(Bernabé Tierno)