Heroísmo cotidiano ('Aprendiz de sabio', Bernabé Tierno, 64/126)


Aprendiz de sabio. La guía insuperable para mejorar tu vida

 

- Tercera parte: Cien "lecciones-reflexiones" de sabiduría esencial que deben ser bien meditadas y llevadas a la práctica en la vida cotidiana.

 

- 39.- Heroísmo cotidiano.

 

"Disfruta de las pequeñas cosas porque tal vez un día vuelvas la vista atrás y te des cuenta de que eran "las grandes cosas"" (Robert Brauli).

 

"Lo verdaderamente grande es lo pequeño, lo normal, lo cotidiano, realizado con amor en el tedioso día a día de la existencia, sin esperar a que un hecho heroico nos catapulte a la fama y a la gloria. Precisamente, lo heroico de verdad es el constante buen hacer de lo cotidiano".

 

Decía Séneca que cuando el sol se eclipsa para desaparecer se ve mejor su grandeza. La mayoría de los mortales pasa por este mundo buscando "ser más": más rico, más poderoso, más querido, más admirado, y en ese intento de ser y de tener más que sus semejantes, pierde la perspectiva, sin percatarse de que la búsqueda de la grandeza no es sino la prueba más evidente de sus complejos y de su pequeñez de espíritu. Por el contrario, apreciar y disfrutar de lo pequeño, lo natural, lo cotidiano es señal de grandeza interior.

 

El aprendiz de sabio centra su atención, su ilusión y sus energías en hacer bien lo prosaico y normal: hacer una ensalada, disfrutar compartiendo con los amigos una sabrosa comida, visitar a un compañero de trabajo que está enfermo, hacer la cama o pasar la aspiradora de buen grado porque en el hogar no se trata de ayudar, sino de compartir... hacer solo la compra, algo cotidiano y aburrido porque la esposa está cansada y ya tiene bastantes obligaciones, no escurrir el hombro y estar siempre disponible y con buen talante y ganas de ser útil, eso, precisamente eso, es lo grande, lo heroico, lo maravilloso en cualquier hombre y cualquier mujer.

 

¿Conoce el lector a alguien que no quiere mancharse ni realizar tareas que considera serviles porque se le pueden caer los anillos? ¿Va por la vida de gran señor, de gran señora y no se mezcla con el pueblo, con la plebe, por temor a dañarse, a ensuciarse o a que le confundan con un plebeyo, al que considera un ser inferior? Pues ten por seguro, querido amigo, que si alguien así entra en tu espacio vital, en tu círculo de amistades, en tu terreno, tendrás graves problemas. Tienes ante ti a un ser realmente pequeño, mediocre y estúpido. Pregúntale a Bernard Shaw. Él lo tenía muy claro, toda manifestación de grandeza, toda exhibición de poder no es sino la sensación íntima de la propia pequeñez, que se esfuerza en impresionar, en causar impacto, en ocultar su insignificancia.

 

Cualquiera que pretenda una mayor grandeza de espíritu más debe crecer en humildad y en reconocer que es humano, limitado y pequeño y aprender a estar "por encima de la injuria, de la injusticia y del dolor", en palabras de La Bruyère.

 

Es en las calumnias, en la persecución, en la injusticia y en el dolor que un ser humano es capaz de soportar con temple y fortaleza de espíritu a lo largo de su vida, donde se prueba la verdadera grandeza de cualquier persona. Las grandes almas crecen entre espinas, son tan pequeñas como una rosa, pero florecen, no importa el estiércol que vomiten sobre ellos los cobardes, los trepas, los envidiosos y los inútiles de este mundo.

 

(Bernabé Tierno)