Simplemente hombres ('Aprendiz de sabio', Bernabé Tierno, 67/126)


Aprendiz de sabio. La guía insuperable para mejorar tu vida

 

- Tercera parte: Cien "lecciones-reflexiones" de sabiduría esencial que deben ser bien meditadas y llevadas a la práctica en la vida cotidiana.

 

- 42.- Simplemente hombres.

 

"El hombre: un milímetro por encima del mono cuando no un centímetro por debajo del cerdo" (Pío Baroja).

 

"Todos somos luz y oscuridad, sol y sombra, ángel y demonio, grandeza y miseria. Sólo el necio se siente divino, suprahumano y perfecto, pero el aprendiz de sabio asume y acepta sus debilidades y miserias, sus vergüenzas de hoy y sus nobles acciones de mañana... Piensa que todo está bien así y se siente en paz consigo mismo. Al fin y al cabo, ¿no somos hombres?... y por tanto volubles e imperfectos... Precisamente por eso, su meta en esta vida no debe ser otra que hacer lo posible por dar protagonismo al ángel sobre el demonio y su grandeza sobre su miseria humana".

 

Dice Amado Nervo: "Un lobo, un tigre, una vez hartos, dejan los restos para sus compañeros. Sólo el hombre, una vez harto, niega lo que le sobra a su hermana y le deja morir de hambre a las puertas de su despensa. Esta actitud es privativamente humana". Esto es verdad, pero también es verdad que millones de hombres y de mujeres, esforzados, sacrificados y generosos, con sus vidas, con su profesión, con su ciencia van haciendo el bien por donde pisan.

 

Si partimos de la cruda realidad de nuestras limitaciones, nuestras carencias y miserias, es cierto que sólo el hombre es capaz de complacerse y de disfrutar por el sufrimiento que causa a sus semejantes, pero no es menos cierto que ese demonio desalmado encierra en su interior un ángel capaz de realizar las acciones más nobles y generosas con inmensa satisfacción, no importa el sacrificio que conlleve. Pienso como Tagore que "los hombres son crueles, pero el hombre es bueno".

 

Las investigaciones, la ciencia, el arte, el progreso, los innumerables adelantos están ahí. Los logros obtenidos de cien años a esta parte son incontables y admirables, pero ¿en qué hemos adelantado los seres humanos como personas? ¿Somos hoy mejores personas, más solidarias, generosas, humildes y bondadosas que nuestros antepasados de la Edad Media?

 

Los fanáticos desalmados que pusieron las mochilas cargadas de explosivos en la estación de Atocha en Madrid y segaron la vida de doscientas personas inocentes e hirieron y mutilaron a miles demuestran una maldad, una violencia y deseos de hacer daño tanto o más cobarde, refinada y sutil que los torturadores y asesinos de ayer y hoy.

 

Admitamos nuestra miseria y nuestra grandeza, nuestras luces y nuestras sombras, y desde la humildad y la realidad de lo que somos, tratemos de dar protagonismo en nuestras vidas a ese "hombre bueno" que todos llevamos dentro, según Tagore. No lograremos ser buenos, nobles y generosos siempre, en todo momento, pero sí es posible conseguir que cada nuevo día de nuestra existencia futura, al hacer balance, sean muchas más nuestras acciones bondadosas que las innobles y deplorables, más las verdades que las mentiras, más el bien que el mal, los momentos de luz que los momentos de oscuridad.

 

(Bernabé Tierno)