Aprendiz de sabio. La guía insuperable para mejorar tu vida
- Tercera parte: Cien "lecciones-reflexiones" de sabiduría esencial que deben ser bien meditadas y llevadas a la práctica en la vida cotidiana.
- 65.- Haz siempre y primero lo que temes.
"Quien pretenda llegar a un sitio determinado, emprenda un solo camino y déjese de tantear mucho a un tiempo. Pues esto último no es caminar, sino andar vagundo" (Séneca).
"Atrévete a hacer siempre y primero lo que temes y lo que debes. Cuanto antes te zambullas en el "agua" de las dificultades y de los problemas cotidianos, mejor. Gastamos más tiempo y energías en dudar y en temer hacer que en llevar a cabo sin dilación aquello que tememos".
Dejar para más tarde lo que debes hacer y es prioritario te desgasta, angustia, estresa y te hace sentir culpable. Hoy es un buen día para hacer la prueba y actuar con resolución y energía, haciendo aquello que temes o te disgusta, pero debes hacer. Comprobarás que todo te ha resultado mucho más fácil y gratificante de lo que esperabas.
Es la indecisión y la duda, la vacilación y la falta de experiencia en la toma de decisiones lo que conduce a la irresponsabilidad. En mi libro 'La educación inteligente', al que hice referencia en reflexiones pasadas, el principio once dice así: "Educar en la responsabilidad significa educar en la toma de decisiones".
La decisión es una acción inteligente en la que se superponen de forma sincrónica el plano del pensamiento (decisión) y de la acción (ejecución). Ahí es cuando demostramos tener voluntad, porque hacemos realidad lo que hemos pensado y proyectado previamente.
¿Cómo se educa en la responsabilidad a un niño? 'Primero', motivándole con las siguientes actitudes:
- Poniendo especial atención a lo que hace bien, a sus esfuerzos.
- Expresando claramente la satisfacción que nos produce que sea decidido y tenga voluntad.
- Reconociéndole de palabra sus méritos y premiando sus esfuerzos con algo que le guste.
- Compartiendo con el niño tareas de responsabilidad.
- Animándole a expresar su opinión.
"Después, cuando ya posee cierta experiencia en la toma de decisiones y tiene claro que es normal cometer errores y equivocarse, 'anímale a que haga siempre aquello que teme' y se sentirá mejor, el miedo desaparecerá.
El futuro de cualquier persona depende en gran medida de su resolución, de su capcidad de tomar decisiones y de llevarlas a término. Es en la infancia y en la adolescencia cuando se ponen los cimientos de una voluntad de hierro, de la capacidad de vencer el miedo a pasar a la acción, a convertir en realidad los proyectos. Cuanto antes aprenda un niño a hacer cosas que no le gustan, pero son buenas y convenientes para él, antes madurará y se fortificará su personalidad con una voluntad más firme y decidida.
Bien decía Séneca que "no nos falta valor para emprender ciertas cosas porque son difíciles, sino que son difíciles porque nos falta valor". Y el valor de atreverse a enfrentarse con la dificultad se adquiere aprendiendo a tomar decisiones desde la infancia, con la ayuda de padres y educadores.
(Bernabé Tierno)