Tú eres tu propio fin ('Aprendiz de sabio', Bernabé Tierno, 102/126)


Aprendiz de sabio. La guía insuperable para mejorar tu vida

 

- Tercera parte: Cien "lecciones-reflexiones" de sabiduría esencial que deben ser bien meditadas y llevadas a la práctica en la vida cotidiana.

 

- 77.- Tú eres tu propio fin.

 

"Primero debes decirte a ti mismo lo que quieras ser, y luego hacer lo que tengas que hacer" (Epicteto).

 

"El compromiso de dirigir tu propia vida, proteger y hacerte cargo de ti mismo es el más crucial de todos. De todas las responsabilidades que puedas asumir a lo largo de tu existencia, ninguna es tan determinante como la de cuidarte, protegerte, cultivarte y orientar tu vida, darte ánimos, reconfortarte... en definitiva, hacerte cargo de ti mismo con todas las consecuencias".

 

En este compromiso crucial, la tarea estrella que se propone cada día el aprendiz de sabio es alcanzar las más altas cotas de felicidad y de paz interior en cualquier momento, lugar y circunstancias. Por eso, en la escala de valores de los padres y educadores, que tienen la responsabilidad de depositar en la mente y en el corazón de sus hijos y educandos las semillas de la verdadera felicidad, el sano amor a sí mismo y las habilidades de cuidarse y de protegerse, deben ocupar el primer lugar.

 

Durante tres días tendré un encuentro con todos los profesores del Colegio Caldeiro de Madrid, para hablar de una actividad que voy a realizar desde mañana mismo. Pues bien, todo cuanto yo diga, explique, comente y proponga al profesorado de este centro tendrá como objetivo transmitir a mis compañeros que la maravillosa y trascendental tarea, que les va a mantener ocupados durante todo el curso (aparte de la de impartir los conocimientos de las diferentes materias y hacer lo posible por que las dominen y aprendan), es la de enseñar a sus alumnos a quererse, protegerse y cuidarse:

 

- No hacerse daño a sí mismo.

 

- Evitar que otros te hagan daño.

 

- No hacer daño a los demás.

 

- Hacerse el mejor bien posible a sí mismo.

 

- Hacer el bien que se pueda a los demás...

 

Son cinco objetivos, como los cinco dedos de la mano, que un niño debería ir aprendiendo y ejercitándose en ellos desde pequeño.

 

A las profesoras y profesores de primaria les sugiero que les pidan a cada niño pintar la silueta de su propia mano abierta sobre un folio y que después, dentro del espacio en blanco de cada dedo, escriban estos cinco objetivos.

 

Trabajemos brevemente alguno de los cinco objetivos, por ejemplo el nº 1: ¿de qué forma me estoy haciendo daño a mí mismo? Puede ser con mi conducta, puede ser no alimentándome como es debido o creándome problemas con mis compañeros, etc. ¿Qué puedo hacer para remediarlo?

 

Veamos el nº 2: ¿quién me hace daño? ¿En qué cosas? ¿Por qué pretende esta o aquella persona hacerme daño? ¿Cómo puedo impedir que esta pesona o esta situación me siga perjudicando? ¿Quién me puede ayudar a lograrlo?

 

Así se pueden trabajar los cinco puntos y enseñar a nustros hijos y alumnos a asumir el compromiso de dirigir sus propias vidas, de protegerse, de hacerse cargo de sí mismo, y de no sólo no hacer daño a los demás, sino hacerles el bien que puedan. En síntesis, volvemos a lo mismo, al precepto evangélico: "Ama al prójimo como a ti mismo".

 

(Bernabé Tierno)