Sé tu propia medida ('Aprendiz de sabio', Bernabé Tierno, 101/126)


Aprendiz de sabio. La guía insuperable para mejorar tu vida

 

- Tercera parte: Cien "lecciones-reflexiones" de sabiduría esencial que deben ser bien meditadas y llevadas a la práctica en la vida cotidiana.

 

- 76.- Sé tu propia medida.

 

"Cuanto más grandes somos en humildad, tanto más cerca estamos de la grandeza" (Rabindranath Tagore).

 

"Así como la única manera de competir que conduce al éxito seguro es competir con uno mismo, la más práctica e inteligente de las comparaciones es la comparación que haces contigo mismo. ¿Por qué? Porque si compites contigo mismo, sólo te enfrentas a una persona que eres tú y el fin que persigues es ser hoy más virtuoso, sabio, maduro, capaz y feliz que ayer. En ese proyecto de mejora diaria no te ves obligado a suplantar, vencer o desbancar a nadie. Todo cuanto hagas por superarte se convertirá en éxito".

 

Con la comparación sucede otro tanto, porque al  compararte con alguien, te puedes sentir inferior, desmotivado y triste porque no logras ponerte a su altura; pero si te comparas contigo mismo, siempre sales beneficiado y reconfortado porque la medida la das tú y los resultados que vayas obteniendo, poco a poco, te ayudarán a valorarte, animarte y automotivarte.

 

En el plano educativo es donde cualquier niño ya puede empezar a sufrir los efectos negativos en su autoestima, si los adultos estúpidos le comparan desfavorablemente con sus compañeros a tan tierna edad.

 

Hará unos diez años, unos padres muy preocupados por el estado anímico de su pequeño de cinco años, me comentaron que el niño estaba muy triste, no tenía ganas de jugar y no hacía sino repetir que él era tonto y no quería ir a ningún colegio. Sus padres, con el ánimo de darle la mejor formación a su retoño, le llevaron a uno de esos colegios "de fama", en los que es tan difícil entrar y donde hacen tests a criaturas de cuatro y cinco años para ver si reúnen las condiciones y capacidades necesarias. Pero a Pedrito no lo aceptaron, mientras que sí lograron superar la criba de selección sus dos vecinitos, María y Carlos.

 

No puede imaginarse el lector la maravilla de crío que era Pedrito. "Son los profesores y el director de ese colegio quienes ni merecen que tú vayas -le dije-. Simplemente hablando contigo veo que eres muy inteligente y, aunque no lo fueras, eso no es lo más importante, pero tú eres muy inteligente y tus padres te van a llevar a un colegio en el que todos los niños pueden entrar; los tontos son ellos por su incomprensible actitud".

 

Pedrito fue a otro colegio normal, sin tanta fama, campanillas y estupidez, y a los dos meses estaba radiante. Todos los profesores le felicitaban por su aplicación y buena conducta, y por ser el que más ayudaba a sus compañeros cuando lo necesitaban.

 

La necia y nefasta pedagogía de establecer comparaciones y hacer tests de inteligencia a niños muy pequeños ha causado un daño irreparable a miles de niños que quedaron marcados a una temprana edad.

 

La educación inteligente que practica el aprendiz de sabio centra su interés y objetivos en que cada niño y adolescente aprenda a su ritmo y no se compare, salvo consigo mismo. Ver cómo cada día mejora en su capacidad, habilidades y conducta, pero sin ocuparse de si el ritmo de los demás es inferior o superior al suyo. Además, cada cual tiene sus cualidades y valores, pero no se es más por ser más inteligente. ¿Cuánto vale la simpatía, la bondad y el optimismo?

 

(Bernabé Tierno)