Objetivos del libro ('Aprendiz de sabio', Bernabé Tierno, 3/126)


Aprendiz de sabio. La guía insuperable para mejorar tu vida

 

- Primer objetivo.

 

Para convertirte en un aventajado aprendiz de sabio el primer objetivo es averiguar cuáles son los vacíos, las necesidades ocultas, insatisfechas, que te impulsan a adoptar posturas compensatorias, extremas o radicales. Esos vacíos del alma ponen al descubierto defectos, actitudes y creencias que debemos cambiar por otras cualidades más saludables, centradas y equilibradoras.

 

- ¿Cuáles son esas necesidades desmedidas e imperiosas que malogran la existencia del ser humano?

 

Yo he encontrado al menos doce, como los meses del año y que el aprendiz de sabio puede programarse para abordar una cada mes. Necesidad de buscar ansiosamente:

 

1.- Ser importante a cualquier precio (Enero).

 

2.- Tener siempre razón y a toda costa (Febrero).

 

3.- Amar y ser amado de forma captativa e insaciable (Marzo).

 

4.- Expulsar, descargar y proyectar la rabia y la ira (Abril).

 

5.- Estar preocupado por todo, pesimismo, fatalismo (Mayo).

 

6.- Encontrar a un chivo expiatorio, hacerle pagar, venganza, atribuir las culpas a los demás (Junio).

 

7.- Sentirse superior a los otros, orgullo, arrogancia (Julio).

 

8.- Buscar compasión, ir de mártir por la vida (Agosto).

 

9.- Encontrar a un mecenas, adosarse a alguien, que otros tomen el mando (Septiembre).

 

10.- Criticarlo todo y a todos. Buscar defectos (Octubre).

 

11.- Tener y atesorar cosas, dominio y poder sobre los demás (Noviembre).

 

12.- Que todo esté y sea perfecto, ordenado y maravilloso. Tener éxito en cuanto se proponga (Diciembre).

 

- Segundo objetivo.

 

Consiste en pasar a la acción y cambiar lo que deba cambiarse tras haber explorado y analizado nuestro interior y sus vacíos y llenarlos de verdadero contenido. ¿Dónde encontrar el verdadero sentido, las vigas de contención, las columnas sólidas en que apoyarte?

 

En los principios o leyes universales que deben sustentar una vida llena de sabiduría. Son siete, como los siete días de la semana, porque deben formar parte de nuestra existencia cotidiana y el aprendiz de sabio puede ejercitarse en aplicarlos y vivir intensamente uno por semana. Son éstos:

 

1.- Principio de la unidad y de la potencialidad pura (Lunes).

 

2.- Principio de la interacción dinámica, del flujo de la energía del universo (Martes).

 

3.- Principio de la causalidad: toda acción engendra una fuerza de energía que vuelve a nosotros: "Lo que sembramos es lo que cosechamos" (Miércoles).

 

4.- Principio de la armonía, del equilibrio, del mínimo esfuerzo, de lo natural (Jueves).

 

5.- Principio de la intención consciente, del deseo (Viernes).

 

6.- Principio del desapego, "sabiduría de la inseguridad" (Sábado).

 

7.- Principio del propósito de la vida, del "porqué" y del "para qué" de la existencia (Domingo).

 

- Tercer objetivo.

 

Es saber llevar a la vida de cada día esa sabiduría esencial de los siete principios desgranada en formas concretas de pensar, sentir y obrar que deberás incorporar, poco a poco, a tu personalidad hasta que se conviertan en actitudes, en hábitos. Se trata de que el aprendiz de sabio se enseñe a sí mismo, se explique y lleve a la práctica, en la medida de lo posible, cada una de las lecciones que componen el curso de sabiduría elemental. Estas cien lecciones bien meditadas y aprendidas pueden convertirte en una persona distinta, más calmada, feliz, gozosa y plena.

 

Puedes aprender y practicar estas lecciones cuando y como desees, sin importar el orden. Eres tú quien debe trabajarlas y meditarlas como te apetezca. Tienes que saber adónde vas, qué es lo que quieres hacer en tu vida y con tu vida y todas las reflexiones, sugerencias y observaciones que te hago a lo largo del libro no tienen otro fin que ayudarte a construir un nuevo estilo de vida. Haciendo buenas las palabras de Montaigne, "que la principal ocupación de tu vida, a partir de hoy, consista en vivirla lo mejor posible", pero con inteligencia y bondad, sabiendo que tu felicidad, en buena medida, estará condicionada por la felicidad y el bien que procures a tus semejantes.

 

(Bernabé Tierno)