Principio de la atención-intención consciente del deseo. Todo en el universo, en la naturaleza, es intercambio de la energía y de la información que todo lo llena. La atención genera energía y la intención transforma la energía y la información ('Aprendiz de sabio', Bernabé Tierno, 23/126)


Aprendiz de sabio. La guía insuperable para mejorar tu vida

 

- Segunda parte: Principios o leyes universales que deben orientar y sustentar la vida del aprendiz de sabio.

 

- 5.- Principio de la atención-intención consciente del deseo. Todo en el universo, en la naturaleza, es intercambio de la energía y de la información que todo lo llena. La atención genera energía y la intención transforma la energía y la información.

 

"No hay un universo, sino millones" (André Maurois).

 

La hoja de parra que troceas con tus dedos, los pétalos de la rosa con los que cubres la almohada de tu amada, la hierba verde que hace paso a los senderos por los que caminas, tu cuerpo, el cuerpecillo leve de un pájaro que cabe en el cuenco de tu mano y que picotea en este momento los higos maduros de la higuera... todo, todo, en sus componentes esenciales, no es otra cosa que energía e información, atención e intención...

 

La más pequeña e insignificante célula, con la intención más sencilla, como metabolizar una molécula de azúcar, desencadena en el cuerpo una reacción en cadena capaz de segregar determinadas cantidades de hormonas en momentos concretos, con el fin de convertir la molécula de azúcar en energía creativa.

 

El universo del que formamos parte, en su naturaleza esencial, no es más que el movimiento dinámico y "programado" de esa energía universal y de la información. Lo único que nos diferencia a las personas de un árbol cualquiera, de la hierba que pisamos o de la mariposa que aletea sobre nuestras cabezas es el contenido informativo y energético, ya que, por lo demás, somos carbono, hidrógeno, nitrógeno y otros diversos elementos en muy pequeñas cantidades , y esos mismos componentes los intercambiamos constantemente con el carbono y el oxígeno de los árboles, plantas y seres de todo el universo. Pero en esencia y, aunque el individuo humano es una especie privilegiada capaz de ser consciente de lo que es y de pensar sobre las cosas y sobre sí mismo, porque está dotado de un superespecializado sistema nervioso, en realidad "todos somos uno" y el campo cuántico más general (el universo) es nuestro cuerpo ampliado.

 

La maravilla de las maravillas es que el sistema nervioso humano no sólo es capaz de ser consciente de la información y de la energía de su propio campo cuántico, sino que también puede modificar de manera consciente el contenido informativo y energético que da origen a nuestro cuerpo, ampliando nuestro mundo y haciendo que se modifiquen cosas en él.

 

Este cambio consciente se debe a dos cualidades de la conciencia: la atención que genera energía y nos carga de ella, y la intención que transforma la energía y la información. Todo aquello sobre lo que actúa la poderosísima lupa de la atención cobra especial fuerza y potencia. Al mismo tiempo, si la atención no ejerce su acción sobre algo, acabará por perder su potencia hasta desaparecer o perder parcial o totalmente su fuerza y vitalidad.

 

¿Cuál es el papel de la intención? Actuar sobre la atención organizando múltiples sucesos en el espacio y en el tiempo y activando sinergias, para que puedas obtener los resultados que pretendes. Es la intención la que organiza toda la sinfonía de la naturaleza; en la flor del almendro, en las aves migratorias que emprenden su vuelo en determinadas épocas del año y también es la intención la que hace posible esa maravillosa sinfonía en cada célula de nuestro cuerpo, en sí misma y en comunión e interacción con las demás células. Nuestro cuerpo es, sin duda, el mejor ejemplo de esa sinfonía universal, de atención y de intención, de intercambio de energía y de información. Una sola célula del cuerpo humano realiza seis billones de cosas en un segundo y al mismo tiempo sabe lo que hacen todas las demás células en ese instante. La intención consciente de flexibilidad y de posibilidades sin límite puede dar órdenes a este infinito poder organizador. Por sí sola la intención es poderosísima, por ser deseo sin apego al resultado.

 

En plena sincronía y armonía con el universo, nuestra atención debe estar plenamente activada, orientada y focalizada en el presente y nuestra intención y deseos en el futuro. El secreto está en aceptar el presente y no luchar contra él, hay que proyectar y crear el futuro más inmediato con la intención y el deseo de optimizar nuestra vida, pero sin apegos, sin esclavitud a nada ni a nadie. El pasado es el recuerdo, el futuro, posibilidades y el presente es realidad, conciencia, verdad, eternidad. El presente es la potencialidad del espacio-tiempo, de la materia y de la energía.

 

Cuando tenemos plena conciencia y conocimiento del momento presente que estamos viviendo, desaparecen, se pulverizan más del noventa por ciento de las cosas que nos preocupan y agobian. El diez por ciento restante de los problemas podemos transformarlos en experiencias prácticas, en nuevas oportunidades para aprender, en lecciones provechosas para la vida cotidiana mediante la intención y el deseo que transforman la energía y la información en realidad positiva y tangible.

 

El aprendiz de sabio es consciente de que su vida sólo puede ser fecunda si se mantiene conectado a la inagotable energía del universo, que es silencio, paz y equilibrio. Por eso no cesa de procurarse mediante la atención consciente en el presente de cada instante, toda la serenidad y el sosiego de que es capaz. Esa atención proyectada desde la fuerza de la paz y de la serenidad del espíritu en calma establece las bases de la intención y del deseo, de la pasión que al fin convierte en realidad nuestros propósitos.

 

La atención y la intención hacen posible "el milagro".

 

- Si te habitúas a crear un silencio fecundo en tu interior, vives consciente el presente y lo aceptas como viene, y si te sitúas en el estado esencial de tu ser, formando parte del todo, libre de intenciones y deseos ansiosos y desequilibradores, en estado puro.

 

- Si, una vez logrado el silencio y el equilibrio de tu espíritu, plantas tus intenciones y deseos, libres de agobios e imperativos, en la tierra fértil de la potencialidad pura y esperas con paciencia que empiecen a florecer a su tiempo.

 

- Si sabes renunciar a la necesidad de un resultado determinado y vives y disfrutas la sabiduría de la incertidumbre que abordaremos en el siguiente principio (el seis). Tienes que estar dispuesto a disfrutar y saborear cada instante de tu existencia, sean cuales fueren los resultados y las circunstancias.

 

- Si, finalmente, dejas que ese universo del que formas parte, con su infinito poder organizador, realice la sinergia, la sinfonía universal y te lo organice todo, mientras tú no dejas de hacer con verdadera ilusión y entusiasmo aquello que debes hacer, según tu conciencia.

 

- El principio de la atención-intención y el deseo llevado a la vida cotidiana.

 

Es conveniente que te acostumbres a concretar y especificar tus deseos y propósitos por escrito, estableciendo un orden de prioridad. Esa página escrita de objetivos a corto, medio o largo plazo irá siempre contigo en tu agenda o cartera. Antes de hacer el silencio en tu interior para meditar algún pensamiento, máxima o principio, dedica unos minutos a reflexionar y a repasar cada uno de tus objetivos-deseos, dejando claro que tu felicidad y plenitud no dependen de que se hagan realidad aquí y ahora, más tarde o más pronto.

 

Las cosas pueden no ir a tu favor y entonces es problable que te invada la incertidumbre, el negativismo, la preocupación o el desánimo. Si esto te ocurriera, piensa que en ese plan universal, en esa sinfonía de sinergias sin límites, no ha llegado todavía el momento de hacer realidad esos deseos y propósitos. Esto no impide que un nuevo plan y unos designios más grandes para ti no vengan a cambiarlo todo y a llenar tus deseos mucho más allá de tus expectativas.

 

Mientras tanto vive con intensidad el presente que es verdad, conciencia, eternidad, potencialidad pura del espacio-tiempo, de la materia y de la energía. Acepta el presente como es y como te viene, sin olvidar que el pasado es recuerdo y que el futuro es proyecto de tus intenciones y deseos, que se harán realidad, si son lo más conveniente para ti y si pones buen cuidado en no permitir que los obstáculos, contratiempos y circunstancias negativas impidan que dediques toda tu atención (e intención) al instante que vives ¡ahora!

 

(Bernabé Tierno)