Buenas actitudes ('Aprendiz de sabio', Bernabé Tierno, 45/126)


Aprendiz de sabio. La guía insuperable para mejorar tu vida

 

- Tercera parte: Cien "lecciones-reflexiones" de sabiduría esencial que deben ser bien meditadas y llevadas a la práctica en la vida cotidiana.

 

- 20.- Buenas actitudes.

 

"Lo mismo tarda uno en ver el lado bueno de la vida que en ver el malo" (Jimmy Buffet).

 

"Si quieres iniciarte con esperanzas de éxito en el camino de la sabiduría, elige para siempre como actitud ante la vida y como compañeras de viaje la amabilidad, la serenidad potenciada por el autocontrol, la felicidad no condicionada y el pensamiento positivo".

 

Antonio acaba de cumplir sesenta años y desde hace una década se decía que no podría mantener por mucho tiempo el ritmo frenético de trabajar catorce horas diarias, a excepción del domingo. Todo iba bien hasta que hace cuatro meses tuvo un infarto cerebral. Dirige cuatro empresas pequeñas y siempre pensó que era imprescindible, pero el infarto le ha abierto los ojos, y hoy es consciente de que lo único importante de verdad es seguir viviendo lo mejor posible. "Ya verán mis hijos lo que hacen con las empresas porque a mí lo único que me importa es vivir plenamente cada día. Hay un antes y un después tras el infarto. Mis amigos dicen que yo era el alma y el oxígeno de todas mis empresas y yo les digo que seré cualqueir cosa menos idiota, y que ahora debo ser el alma y el oxígeno para mí mismo".

 

Es evidente que quien habla así es un aventajado aprendiz de sabio que bien podría poner como ejemplo el mismo Epicteto al afirmar: "Los acontecimientos no te lastiman, pero tu percepción de ellos sí puede hacerlo". Digo esto porque Antonio, tras el infarto cerebral, del que ha quedado bastante bien, ha sabido ver el lado positivo: "Éste es el último aviso que me da la vida y me dice: ¡vive, idiota! Y es lo que voy a hacer. Que se preocupen los demás, que se enfaden los demás. Ya sólo me queda tiempo para disfrutar de cada instante, para ser la mejor persona que pueda ser y para no condicionar mi existencia a nada que no sea el vivir cotidiano".

 

Estamos ante una persona verdaderamente inteligente, que sabe extraer lo mejor de un grave acontecimiento, como es sufrir un infarto cerebral. ¿Qué hubieran hecho tantas otras persoans? Unos, lamentarse por la fatalidad de no poder seguir trabajando como antes y pensar que la desgracia había entrado en su hogar. Otros, se pasarían el día lamentando su estado, pensando que ya no sirven para nada y que su vida no tiene sentido. Otros, muertos de miedo, se sentirían enfermos e incapaces de disfrutar de la vida en el futuro.

 

Entre todos ellos ofrezco hoy el ejemplo de Antonio, que ha elegido como actitud ante su futuro, serenar y ordenar su interior, tomar la decisión positiva de vivir lo más feliz que le sea posible su nueva situación de infartado y tan sólo ocuparse en vivir y en ser una buena persona. Seguramente ha llegado a la misma conclusión que Antonio Gala de que "la felicidad es darse cuenta de que nada es demasiado importante"... Salvo vivir, añadiría yo.

 

(Bernabé Tierno)