Demasiado ruido, demasiada presión, demasiada prisa ('Aprendiz de sabio', Bernabé Tierno, 34/126)


Aprendiz de sabio. La guía insuperable para mejorar tu vida

 

- Tercera parte: Cien "lecciones-reflexiones" de sabiduría esencial que deben ser bien meditadas y llevadas a la práctica en la vida cotidiana.

 

- 9.- Demasiado ruido, demasiada presión, demasiada prisa.

 

"He buscado en todas partes sosiego y no lo he encontrado sino sentado en un rincón apartado con un libro en las manos" (George Santayana).

 

"La vida no es necesariamente una carrera de obstáculos, ni un cuadrilátero en el que compites por ser el número uno. No te equivoques; sólo tú eres el responsable de la presión a que te ves sometido. ¿Has pensado adónde te conduce una existencia en la que apenas queda tiempo para el silencio y la paz interior?".

 

María es una joven ejecutiva de treinta y siete años. Tiene casa propia, un magnífico coche, un sueldo de impresión y un brillante futuro laboral, pero no tiene tiemo para sí misma porque el trabajo le absorbe, le exige. "Sé que mi situación puede ser envidiable para muchos -me dice-, pero a mí empieza a cansarme, incluso a agobiarme. Con el nivel de exigencia y dedicación que impone mi empresa a una persona de mi categoría, si me caso y tengo hijos, apenas tendría un rato al día para estar con mi esposo e hijos. Pago el éxito que tengo a mis treinta y siete años a un precio demasiado alto...".

 

No pocos hombres y mujeres entre treinta y cuarenta y cinco años se están haciendo las mismas preguntas que María y se plantean la posibilidad de tener menos cosas, reducir los ingresos y mejorar su calidad de vida personal y familiar. Al fin y al cabo, ¿adónde conduce una vida en la que casi todo es entrega en cuerpo y alma a una empresa, y la dedicación a ti mismo y a los tuyos no pasa, en el mejor de los casos, de un quince o veinte por ciento del tiempo total? Si ni tan siquiera nos queda tiempo para el silencio, el sosiego y la paz interior, seguramente nos convendría revisar nuestra propia escala de valores. Todo cuanto hacemos, proyectamos, trabajamos y a lo que nos dedicamos o bien nos sirve para sentirnos satisfechos disfrutando el día a día gozosamente con nosotros mismos y con nuestros seres queridos o bien de poco nos sirve. Poseer más cosas, sin tiempo, sosiego y quietud no nos proporciona la felicidad que necesitamos.

 

¿Para qué queremos cosas y bienes si no tenemos tiempo y a veces ni ganas para disfrutarlos? Multipliquemos los momentos de silencio fecundo y de sosiego en un lugar apartado, con un libro en las manos, cuya lectura nos reconforte y nos construya el alma y la sensibilidad. Olvidamos con demasaida frecuencia, como bien dijo F. de la Rochefoucauld, que el primero de los bienes, después de la salud, es la paz interior. Yo añadiría que difícilmente puede haber verdadera salud física y psíquica sin la serenidad, sin el sosiego, sin el necesario tiempo libre para ser y sentirse uno mismo, para poder sentirse mejor y de forma más grata con los demás...

 

(Bernabé Tierno)