Felicidad día a día ('Aprendiz de sabio', Bernabé Tierno, 29/126)


Aprendiz de sabio. La guía insuperable para mejorar tu vida

 

- Tercera parte: Cien "lecciones-reflexiones" de sabiduría esencial que deben ser bien meditadas y llevadas a la práctica en la vida cotidiana.

 

- 4.- Felicidad día a día.

 

"Sólo puede ser feliz siempre el que sepa ser feliz con todo" (Confucio).

 

"Quien sólo se siente feliz y a gusto consigo mismo cuando las cosas le salen bien, lo normal es que con frecuencia se sienta desgraciado. El aprendiz de sabio se procura paz, sosiego interior y felicidad en cualquier circunstancia".

 

Cuando nuestro filósofo universal José Ortega y Gasset afirma que el programa de una vida feliz apenas ha variado a lo largo de la existencia humana, comparte con el viejo Séneca la idea de que ese estado de gozo interno, de paz consigo mismo y de alegría de vivir se lo fabrica, se lo hace a su medida cada persona. "Felicidad es no necesitarla", dice Séneca o lo que es lo mismo, tú ya eres felicidad, pero en lugar de vivir la dicha y el privilegio de tu propia vida, de lo que eres, te dedicas a buscar la razón de tu alegría y de tus ganas de vivir en lo que puedan ofrecerte las personas, las cosas, las circunstancias: que el día amanezca soleado o nublado o que las personas con las que vives o trabajas te hagan grata la jornada...

 

Ahí está el gravísimo error y la causa de por qué no sólo cualquier persona corriente, sino incluso algunos grandes escritores, se mofen de la palabra felicidad y de cuantos pretenden defender que es posible ser felices. Condicionar la felicidad, el gozo de vivir y la aceptación de la realidad que te ha tocado vivir a lo que te depare la vida equivale a negar a cualquiera la posibilidad de ser feliz. El aprendiz de sabio no tarda en entender que sólo es posible una felicidad no condicionada. Hasta que no asumas que tú ya eres felicidad y que nadie puede proporcionarte algo que sólo depende de ti, no habrás avanzado nada.

 

La felicidad es una actitud personal interior, pensada y decidida ante la vida, como talante, como opción saludable. El aprendiz de sabio es consciente de que la felicidad es posible y depende del tipo de respuesta que dé en cada situación, momento o circunstancia. Como bien djo M. Katzeff, "el hombre interpreta la partitura que él mismo ha compuesto y vive la vida que él mismo hace".

 

"No tengo nada y así lo tengo todo", me decía el año pasado en Fuengirola un mendigo muy lúcido y todavía joven. Todas sus propiedades se reducían a una vieja maleta, a una bicicleta y un perro. Me acerqué con la intención de ofrecerle una pequeña ayuda económica y él me regaló su paz, su nobleza y su sabiduría. "Veo que su perro está fatigado, ¿le da de comer?". "Mi perro ha estado perdido dos días y he sufrido y llorado por su ausencia. Con él comparto todo, a él le cuento mi vida y me entiende tanto o más que usted. En cuanto a la comida, primero come mi perro y después como yo. Eso lo tengo claro. ¿Sabe una cosa?, sé que soy un pobre mendigo, pero poca gente ha disfrutado más amaneceres y atardeceres que yo. Quien come caliente todos los días no sabe lo que es comer una vez al año una comida decente y, aunque algunos te desprecian o no te miran a la cara, otras personas, muchas más de las que usted se imagina, te tratan con respeto y hasta con cariño o se interesan por ti... y eso no hay dinero que lo pague".

 

(Bernabé Tierno)