Los demás son tú: dar es recibir ('Aprendiz de sabio', Bernabé Tierno, 38/126)


Aprendiz de sabio. La guía insuperable para mejorar tu vida

 

- Tercera parte: Cien "lecciones-reflexiones" de sabiduría esencial que deben ser bien meditadas y llevadas a la práctica en la vida cotidiana.

 

- 13.- Los demás son tú: dar es recibir.

 

"Realiza el bueno acciones generosas, lo mismo que un rosal produce rosas" (Ramón de Campoamor).

 

"Date el gustazo de encontrarte entre los pocos mortales que deliberadamente y con alegría permiten a los demás que compartan tu éxito, tengan razón y se sientan valiosos e importantes".

 

Carlos es un humilde camionero que siempre trabajó a sueldo; un buen día Pepa, su esposa, tiró la casa por la ventana y jugó una cantidad importante de dinero en la lotería de Navidad, sin contar con él. Nunca habían tenido suerte en nada ni les había tocado ni siquiera un premio en una tómbola, pero esta vez les tocó "el gordo de Navidad", trescientos millones de pesetas de los de hace diez años.

 

Carlos y Pepa hicieron partícipes de su suerte a familiares y amigos gastando en regalos y atenciones parte de ese dinero. Su vida cambió de camionero a sueldo a ser propietario de una pequeña flota de camiones. Pasado un año, se enteró de que tres de sus antiguos compañeros habían perdido el trabajo y le faltó tiempo para integrarlos en su pequeña empresa, pero no como simples trabajadores a sueldo, sino como socios de su nueva empresa. "Hay pocos hombres así", me decía uno de esos compañeros a los que hizo socios y trató como a hermanos.

 

Si las cosas nos vienen de cara, si nos va bien en la vida y hasta nos sonríe la suerte como al bueno de Carlos y a su atrevida esposa Pepa, ¿por qué no hacer partícipes de nuestra suerte a quienes tenemos más cerca y a quienes más lo necesitan?

 

Preciosa frase la de Campoamor para describir con gran belleza al hombre bueno y generoso que se siente feliz tratando a sus semejantes como a él le gustaría ser tratado y atendido si estuviera en su lugar... "lo mismo que el rosal produce rosas, una persona de gran corazón realiza acciones generosas". Esta generosidad va más allá de lo material y el aprendiz de sabio, consciente de que en dar está la recompensa, no sólo da de lo que tiene, sino que sabe alentar lo más valioso y meritorio de sus semejantes para que se sientan importantes y seguros de sí mismos.

 

Dar la razón a quien la tiene, reconocer las propias limitaciones y carencias y contribuir a que quien más necesita valorarse, quererse y afirmarse eleve su autoestima, es señal evidente de un corazón magnánimo como el de Carlos y Pepa de nuestra sencilla historia. ¡Cuántas buenas acciones llevadas a cabo por tanta buena gente desconocida! Siempre he dicho que este mundo nuestro sigue su curso y merece la pena nacer y vivir en él gracias a esos héroes sin nombre, que en la realidad de su vida cotidiana se comportan como incansables sembradores del bien. A ellos debemos imitar tanto en la forma solícita con que actúan como en la humildad de su actitud, sin buscar otra cosa que el gozo íntimo que les proporcionan sus nobles acciones que no necesitan salario, que se pagan por sí mismas.

 

(Bernabé Tierno)