Sociabilidad; el otro siempre te construye ('Aprendiz de sabio', Bernabé Tierno, 37/126)


Aprendiz de sabio. La guía insuperable para mejorar tu vida

 

- Tercera parte: Cien "lecciones-reflexiones" de sabiduría esencial que deben ser bien meditadas y llevadas a la práctica en la vida cotidiana.

 

- 12.- Sociabilidad; el otro siempre te construye.

 

"Quien quiere el bien de los demás ha hecho ya el suyo" (Proverbio chino).

 

"No te duela ser el primero en dar el primer paso y en mostrarte afectuoso, comprensivo y solidario. El otro siempre te completa y enriquece, si tú le completas y enriqueces. Ser para los demás, acuérdate, es la manera más inteligente y práctica de ser para ti mismo".

 

Juana es una mujer de mediana edad que practica el bien y ejerce de persona generosa con todos, como el sol que nos alumbra cada día y nos prodiga su luz y su calor sin esperar a que se lo pidamos. Pasó por mi consulta hará unos tres años con el único propósito de preguntarme si dar y no recibir nada a cambio, salvo en contadas ocasiones, y sentirse feliz podría significar que ella no estaba en sus cabales o era una persona poco inteliente, como le decían su esposo y sus hijos.

 

"¿Tú eres feliz, te sientes bien?". "Sí -me contestó-. Me satisface cuando alguien me agradece un favor que le he hecho, pero si no lo hace, me niega algo que yo le pida o pasa de mí, yo sigo sintiéndome bien. No resulta imprescindible que me agradezcan nada para sentirme bien y a gusto conmigo misma. Le voy a decir más: a estas personas que no saben agradecer ni son capaces de hacer nada por ti sigo tratándolas con afecto y les presto mi ayuda tantas veces como me lo pidan. ¿Soy tonta realmente?". "No, no solamente no eres tonta, sino muy inteligente. Perteneces a ese selecto grupo de personas que saben que no hay otra manera más directa y clara de labrar la propia dicha y felicidad que contribuir al bien y a la felicidad de nuestros semejantes".

 

"En cualquier caso y reconociendo que estás obrando bien -le dije a Juana-, tu esposo y tus hijos tienen parte de razón porque temen que personas de mala voluntad se aprovechen de tu bondad. El calificativo de "tonta" debe entenderse como: demasiado bondadosa, manipulable, vulnerable...".

 

El otro, el prójimo, siempre nos completa y enriquece si nosotros salimos a su encuentro y con nuestras buenas obras le completamos y enriquecemos. ¿También nos completa y enriquece el ingrato y el malvado que se beneficia de nuestra bondad y generosidad? Sin la menor duda, porque es el mismo acto generoso, solidario y empático el que genera esa plenitud interior que nos inunda y que nadie nos puede arrebatar.

 

De todas formas y hablando de "dar", sobre todo cosas materiales, aconsejo seguir la recomendación de Miguel de Unamuno: "No des a nadie lo que te pida, sino lo que entiendes que necesita; y soporta luego la ingratitud".

 

(Bernabé Tierno)