Silencio fecundo ('Aprendiz de sabio', Bernabé Tierno, 36/126)


Aprendiz de sabio. La guía insuperable para mejorar tu vida

 

- Tercera parte: Cien "lecciones-reflexiones" de sabiduría esencial que deben ser bien meditadas y llevadas a la práctica en la vida cotidiana.

 

- 11.- Silencio fecundo.

 

"Todos los problemas de la humanidad proceden de la incapacidad del hombre para permanecer sentado, en silencio, a solas en una habitación" (Blaise Pascal).

 

"Reserva cadadía y en todos los días de tu vida un tiempo para el silencio, para estar a solas contigo mismo, para escuchar tus anhelos, para hacerte reconvenciones, para perdonarte, darte paz y sentirte en tu íntima plenitud interior. Como buen aprendiz de sabio ya has experimentado que la serenidad de los sentidos, la creatividad y los contenidos del espíritu se activan y potencian en el silencio y en la soledad fecunda. Todos abrevan en la misma fuente de energía vital que es la paz interior".

 

Me vienen a la memoria los inmortales versos de fray Luis de León, en su 'Vida retirada': "¡Qué descansada vida / la del que huye del mundanal ruido, / y sigue la escondida / senda por donde han ido / los pocos sabios que en el mundo / han sido!".

 

En el mundo moderno, si algo sobra es el ruido, tensión, ansiedad, estrés, que muchos denominan "la enfermedad de nuestro tiempo" y seguramente es verdad. El estrés, constante en nuestra vida porque no conseguimos "desconectar" de los problemas cotidianos, es seguramente el responsable de la mayor parte de nuestros problemas y conflictos personales, tanto físicos como psicológicos.

 

Si hablamos de 'trastornos asociados al estrés', bien sea porque el propio estrés provoque su aparición o porque colabore a agravar un trastorno ya desarrollado por otras causas, se suelen señalar los siguientes:

 

- Trastornos cardiovasculares: hipertensión arterial, enfermedad coronaria, taquicardias, arritmias episódicas...

 

- Trastornos respiratorios: asma bronquial, hiperventilación, taquipnea, disnea, opresión torácica...

 

- Trastornos inmunológicos: alteración de la respuesta del sistema inmunológico, encargado de defender al organismo de posibles antígenos y como consecuencia: acelebrar el desarrollo de trastornos infecciosos: tuberculosis, gripe, herpes...

 

- Artritis reumatoide: en este trastorno están implicados múltiples sistemas orgánicos; se caracteriza por el deterioro de los cartílagos de las articulaciones que revisten el hueso.

 

- Trastornos endocrinos: hipertiroidismo, hipotiroidismo, síncrome de Cushing.

 

- Trastornos gastrointestinales: úlcera péptica, dispepsia funcional, colon irritable, colitis ulcerosa...

 

- Diabetes e hipoglucemia.

 

- Trastornos dermatológicos: prurito, sudoración excesiva, dermatitis atípica, alopecia, tricopilomanía...

 

- Dolor crónico y cefaleas.

 

- Trastornos musculares, trastornos sexuales, trastornos psicopatológicos: ansiedad, miedos, fobias, depresión, conductas obsesivas y compulsivas, insomnio, obesidad, anorexia y bulimia, trastornos de la personalidad.

 

El lector se preguntará por qué detallo todos estos trastornos asociados al estrés, pues bien, existe una razón: dejar claro que, si bien no está en nuestras manos librarnos de tantas situaciones estresantes que nos acechan a cada instante en el mundo moderno, sí podemos entrenarnos para no dar respuestas automáticas que siempre nos perjudican, sino respuestas bien pensadas, inteligentes, relajadas, no estresantes. Ante una situación estresante como el atasco circulatorio, una persona entrenada puede relajarse escuchando música o un programa de radio o simplemente analizando a los demás conductores en sus reacciones. Otra persona, no entrenada, ante el mismo atasco circulatorio, maldice su suerte, se desespera, toca el claxon constantemente y llega al trabajo agotado y casi enfermo.

 

Hoy, más que nunca, necesitamos la práctica de la relajación, de la respiración completa (abdominal), pausada y profunda, de la meditación y otras técnicas psicológicas como la de "detención del pensamiento", "solución de problemas" y de "reorganización cognitiva", que el lector puede encontrar detalladas en mi libro 'Aprendo a vivir' (Temas de Hoy, 1996).

 

El contacto con la naturaleza, con el mundo animal en soledad, sin prisas, sin reloj, lejos de obligaciones ineludibles y de situaciones y personas generadoras de tensión, lo imprescindible para cualquier persona que pretenda mantener su equilibrio y su paz interior en buen estado. No sirven las vacaciones estivales que casi todos disfrutamos. Necesitamos mucho más esos pequeños paréntesis y retiros de tres, cuatro o seis días cada mes o cada dos meses, aprovechando un puente, o la celebración de unas fiestas patronales. En caso de que no sea así, sería suficiente la desconexión total cada quince días a partir del mediodía del viernes, el sábado y el domingo.

 

(Bernabé Tierno)