La carcoma del pensamiento negativo ('Aprendiz de sabio', Bernabé Tierno, 72/126)


Aprendiz de sabio. La guía insuperable para mejorar tu vida

 

- Tercera parte: Cien "lecciones-reflexiones" de sabiduría esencial que deben ser bien meditadas y llevadas a la práctica en la vida cotidiana.

 

- 47.- La carcoma del pensamiento negativo.

 

"Los acontecimientos no te lastiman, pero tu percepción de ellos sí puede hacerlo" (Epicteto).

 

"La desgracia, el derrotismo, la infelicidad, la desdicha, la angustia, el estrés, los celos, los miedos... son sensaciones que precisan ser acompañadas y reforzadas por tus propios pensamientos derrotistas. Te olvidas de que lo negativo y determinatne es tu forma de pensar, no tanto tu existencia y los acontecimientos que te rodean. Son los pensamientos de angustia esperando lo peor y los temores incontrolados los que te producen sensaciones del mismo signo y tan reales para ti que acaban por malograr tu vida cotidiana. Recuerda, tú no eres las sensaciones que te produces y experimentas. Lo negativo no está en ti ni en tu existencia, sino en la forma en que piensas, y te comportas".

 

La realidad, el hecho en sí mismo, lo objetivo acontece y se presenta ante ti; pongamos por caso una observación o corrección sobre tu forma de ser o de comportarte que hace una determinada persona. Esa persona puede ser tu esposo/a, un amigo, un compañero de trabajo. Pues bien, los efectos, la reacción, la respuesta psicológica, emocional, fisiológica que tú des dependerá de varios factores como la forma de ser de quien te hace la crítica, el tipo de relación que os une, el tacto o la dureza de sus palabras, el lugar en que te hizo la observación o corrección y el estado mental y anímico en que tú te encuentres en ese momento... y otros factores menos relevantes, pero que pueden influir.

 

Una simple observación sobre tu forma de ser o de comportarte, hecha en el peor momento, cuando estás bajo un estado de ira o con el ánimo por los suelos, puede convertirse en un drama y tu reacción será explosiva y demoledora.

 

Hay personas con la sensibilidad y la agresividad a flor de piel, que todo lo magnifican y cualquier pequeña contrariedad les saca de quicio. No menos reactivas y explosivas son las personas acomplejadas, frustradas, tímidas y las que se sienten inferiores. En definitiva, lo que decimos, la forma en que lo decimos, el momento y las circunstancias que rodean a la persona que tenemos delante, determinan el tipo de reacción y de respuesta. Por eso, el aprendiz de sabio piensa y sopesa muy bien antes de hablar todas las posibles variables y prevé las consecuencias de sus palabras y de sus actos.

 

No son los hechos en sí, somos las personas volubles, susceptibles e impredecibles quienes nos lastimamos, agobiamos, preocupamos y malogramos cada momento de nuestra vida. El mismo hecho que para una persona en un momento determinado de su vida le hace completamente desgraciada y le quita las ganas de vivir, por ejemplo una infidelidad, una separación, para otra persona no significa nada, no la altera y lo acepta, incluso como un bien o una liberación. La muerte para una determinada persona, por su edad y circunstancias personales, es una liberación y para otra es, lo que para la mayoría, el mayor de los males.

 

Es necesario volver muchas veces sobre este punto y trabajarlo más y más, no sólo para que cada vez nos afecten en menor medida las cosas y de forma menos negativa, sino para aprender a manejar esas variables que hacen que cada persona se vea afectada de manera diferente por lo que le decimos y por lo que le sucede. A medida que crezcamos en sabiduría, sufriremos menos y evitaremos que otros sufran por lo que nos suceda y por lo que les suceda a ellos.

 

(Bernabé Tierno)