Los ojos, ventanas del alma ('Aprendiz de sabio', Bernabé Tierno, 82/126)


Aprendiz de sabio. La guía insuperable para mejorar tu vida

 

- Tercera parte: Cien "lecciones-reflexiones" de sabiduría esencial que deben ser bien meditadas y llevadas a la práctica en la vida cotidiana.

 

- 57.- Los ojos, ventanas del alma.

 

"Los ojos son el punto donde se mezclan alma y cuerpo" (Christian Friedrich Hebbel).

 

"Son los ojos las ventanas del alma y el espejo en el que se reflejan tus sentimientos, afectos, deseos, inquietudes, dudas, temores... Procura impregnarlos del amor y de la paz que brota de tu interior y abraza a cada semejante cuando le mires y le hables. Si a lo largo del día las cosas se tuercen y las personas te critican o te increpan y sientes que en tus ojos se apagan tus miradas de amor y de paz, ponte de inmediato las gafas inteligentes de la reflexión, del sosiego interior, de la empatía, del perdón y añádele las lentes positivas de la confianza y de la esperanza, y todo seguirá siendo para ti según el cristal de tu mente serena y constructiva".

 

"Cuando los ojos se encuentran nace el amor", dice un proverbio indio. No hay otra parte del cuerpo en la que de manera más espontánea e intensa aparezcan reflejados sin tapujos todos los sentimientos. A través de nuestros ojos se nos escapa el alma en forma de miradas de amor, de recelo, de angustia, de pasión, de alegría, de temor, de duda, de confianza... Las inquietudes, las penas, el dolor, la pereza, el entusiasmo, la abulia y la fuerza de la voluntad, la vehemencia, la candidez, el desdén, la ira, la fidelidad y la traición. Algún día aparecerá algún estudio, alguna investigación que descubra que nuestros ojos son la pantalla donde se reflejan las pasiones más brutales y los sentimientos más exquisitos, espirituales y nobles.

 

Así como existe la ludoterapia, la grafoterapia, la hidroterapia y muchos y diversos tipos de terapias o curaciones mediante el juego y variadas actividades lúdicas o cambiando un grafismo negativo por otro positivo, en el caso de la grafoterapia, etc., así también es posible dulcificar nuestro carácter, aprendiendo a mirar con ternura y comprensión, por ejemplo. El secreto está en impregnar nuestra mirada del sentimiento positivo que más necesitamos para contrarrestar el sentimiento negativo contrario.

 

Supongamos que eres una persona muy inquieta y nerviosa, en constante desasosiego. Fíjate en la mirada y en la expresión del rostro de personas que respiran paz y serenidad e intenta varias veces al día mirar a cuantos te rodean con ojos de paz, mientras sonríes levemente y respiras tranquilo. Pasado un cierto tiempo comprobarás que será suficiente que tu mirada adquiera esos tintes de tranquilidad y de sosiego para que realmente la paz y la tranquilidad se conviertan en una realidad palpable: tu cuerpo estará tranquilo, al igual que tu mente y tu alma.

 

- ¿Eres abúlico, inconstante y falto de voluntad?

 

Imita el gesto firme y la mirada impregnada de tenacidad y seguridad de alguien de tu entorno, que se distinga por su constancia y responsabilidad. Llegará un momento en que esos matices de tu mirada y la firmeza expresiva de tu rostro activen los mecanismos perezosos de tu voluntad.

 

Decía Napoleon Hill que "si estamos en condiciones para recibir una cosa, ésta aparecerá", y de acuerdo con la teoría holográfica del doctor Pribram, nuestra mente aloja imágenes holográficas tridimensionales de lo que visualiza de forma imaginaria. Estas imágenes estimulan nuestros sentidos para traducirlas en equivalentes físicos, en realidades. En consecuencia, cuando nuestra mente cree que algo es cierto, estimula los sentidos para atraer hacia nosotros las personas, cosas y circunstancias necesarias y convertir la imagen mental en su realidad física.

 

De forma semejante a la 'visualización imaginaria', actúa la 'expresión' que debemos a nuestras miradas. Bien decía Paul Valéry que el amor nace de una mirada y que una mirada puede engendrar odio eterno.

 

(Bernabé Tierno)