Aprendiz de sabio. La guía insuperable para mejorar tu vida
- Tercera parte: Cien "lecciones-reflexiones" de sabiduría esencial que deben ser bien meditadas y llevadas a la práctica en la vida cotidiana.
- 67.- Siempre tú mismo, siempre distinto.
"Como los que nada tienen y todo lo poseen" (San Pablo a los Corintios).
"No te esfuerces por tener o atesorar más; no te compares con los demás ni compitas con nadie, salvo contigo mismo. Hay personas que siempre andan a la carrera y sin aliento, nada disfrutan y nada les llena y satisface porque siempre encuentran que los demás son mejores o tienen más éxito. Deja ya de correr sin aliento detrás de quimeras y disfruta de lo que eres y de lo que tienes, pero que no sabes valorar".
Si san Pablo se encontrara entre nosotros, sus palabras nos ayudarían para aclararnos las mentes sobre el afán de tener y atesorar, que es la adicción y ocupación preferida de la mayoría de los mortales. Tener una casa con muchas habitaciones y salones o varios coches lujosos no conlleva una mayor felicidad porque el ansia desmedida de atesorar produce un vacío y una insatisfacción personal mayor ya que el deseo se hace más insaciable cuanto más se tiene.
El aprendiz de sabio, sin llegar a los extremos de san Pablo para quien "los que nada tienen, todo lo poseen", simplifica su vida y se quita de muchos problemas porque se siente ya bien cómo es y acepta de buen grado cómo están las cosas. Sólo compite consigo mismo, procurando ser un poco mejor y más feliz cada nuevo día que añade a su existencia. No entiende el necio afán de quienes logran tener y atesorar más, pero a costa de vivir peor, con mayor tensión y estrés, envilecidos por la esclavitud a que se someten.
Si profundizamos un poco en las palabras de san Pablo, no tardaremos en descubrir su profundidad y sabiduría. San Pablo dice "nada tienen"... de lo material, de lo mundano, de lo que inquieta y preocupa a la inmensa mayoría de los mortales. ¿Por qué afirma a continuación "y todo lo poseen"? Sencillamente porque se tienen plenamente a sí mismos y eso es todo lo que quieren y necesitan...
Quien se tiene a sí mismo es un sabio, no un simple aprendiz, y no se inquieta ni preocupa porque el vecino sea millonario, tenga un físico espectacular o le hayan dado el premio Nobel.
El aprendiz de sabio hace sus pinitos y se esfuerza en no compararse con nadie porque, además de lo odiosas que son las comparaciones, resultan traumatizantes, paralizantes y desmotivadoras. Siempre te encuentras a alguien que te supera con creces en aquello en que te apoyas para destacar y sentirte bien consigo mismo y con verdadero gozo otra cosa que el disfrute le proporciona sentirse plenos, suficientes con lo que tienen y lo que son. Su única ocupación es permanecer en ese estado gozoso, y con su vida y con su ejemplo enseñar a sus semejantes a encontrar en su interior la maravilla que son pero que todavía no han descubierto, y que dejen de correr sin aliento y sin sosiego detrás de fatuas quimeras, de comparaciones que acomplejan y de competiciones y luchas que alteran el equilibrio exterior e interior, estresan y matan el cuerpo y el alma.
(Bernabé Tierno)
