No más, sino mejor ('Aprendiz de sabio', Bernabé Tierno, 73/126)


Aprendiz de sabio. La guía insuperable para mejorar tu vida

 

- Tercera parte: Cien "lecciones-reflexiones" de sabiduría esencial que deben ser bien meditadas y llevadas a la práctica en la vida cotidiana.

 

- 48.- No más, sino mejor.

 

"Cuenta tu jardín por las flores, no por las hojas caídas... / Cuenta tus días por las horas doradas y olvida las penas habidas. / Cuenta tus noches por estrellas, no por sombras. / Cuenta tu vida por sonrisas, no por lágrimas. / Y para tu gozo en esta vida, cuenta tu edad por amigos, no por años" (Roger Patrón Luján).

 

"Más riqueza, más trabajo, más responsabilidades, más amigos, más tiempo, más cosas...; no siempre son algo mejor para ti ni te reportan mayor paz y felicidad. El aprendiz de sabio no desprecia ni infravalora la cantidad, pero se decanta por la calidad. Por desgracia, buena parte de los mortales se afanan incansables a lo largo de su vida por tener "más de todo", corriendo en pos de una quimera y no logran tan siquiera un mínimo de lo esencial: sentirse en paz consigo mismos, ser razonablemente felices y disfrutar plácidamente de lo que son y tienen".

 

El camino de la sabiduría, como el Camino de Santiago, es un viaje que nadie puede hacer por nosotros.

 

La sabiduría no se transmite genéticamente ni se nos da por ciencia infusa, cada persona tiene que descubrirla por sí misma y fabricársela cada día.

 

Me terminan de hacer una entrevista para una emisora de radio y también para una revista. El tema del que acabo de hablar es "el síndrome posvacacional". Todos los años, a finales de agosto o primeros de septiembre, es costumbre abordar este tema. Desde hace no más de cincuenta años disfrutamos de vacaciones y el síndrome apareció hace unos quince años. Antes, como casi nadie tenía vacaciones, no existía ese síndrome.

 

Algo tan deseado y gratificante como las vacaciones puede ser o convertirse en un problema para las personas que son ellas mismas un problema. Por ejemplo, están aquellos que esperan todo el año las vacaciones estivales como si éstas fueran la gran panacea, la solución definitiva, y que consideran que representan lo mejor de la vida, por lo tanto el resto de su existencia es malo. Estas personas sin duda se sentirán tristes al volver a la vida normal y al trabajo.

 

No me canso de repetir que el secreto está en contabilizar y disfrutar los buenos momentos, y "vacaciones" son todos los fines de semana (cuarenta y ocho horas) si sabemos desconectar y relajarnos, y "vacaciones" también pueden ser todos los días si logramos convertir la 'vocación' (trabajo) en 'vacación' (disfrute). Como bien aconseja el bello poema que encabeza esta página, "hay que contar los días por las horas doradas y el jardín por las flores, no por las hojas caídas...". En definitiva, todo es cuestión de "percepción" y de disfrutar de la rosa y de su belleza, en lugar de quejarse porque nos hayamos herido con alguna espina al cortarla con nuestra mano.

 

Desde hace varios años procuro disfrutar los dos días y medio (viernes tarde-noche, sábado y domingo) de que se compone cada fin de semana en las mejores "minivacaciones". En lugar de esperar once meses para sentirme feliz en las largas vacaciones estivales que duran un mes, apenas espero cuatro días y medio con gran ilusión y la certeza de que unas horas del viernes, el sábado y el domingo me pertenecen para descansar y disfrutar... "Cuenta tu vida por tus sonrisas, no por tus lágrimas"...

 

(Bernabé Tierno)