Adiós al pasado ('Aprendiz de sabio', Bernabé Tierno, 112/126)


Aprendiz de sabio. La guía insuperable para mejorar tu vida

 

- Tercera parte: Cien "lecciones-reflexiones" de sabiduría esencial que deben ser bien meditadas y llevadas a la práctica en la vida cotidiana.

 

- 87.- Adiós al pasado.

 

"El futuro nos tortura, y el pasado nos encadena. He aquí por qué se nos escapa el presente" (Gustave Flaubert).

 

"No permitas que las vivencias más o menos traumáticas de tu pasado y los recuerdos mortificantes y desestabilizadores malogren y amarguen tu presente y condicionen o marquen negativamente tu futuro. Como buen aprendiz de sabio ya no puedes seguir rumiando las penas y desgracias que te afligieron. Tienes que aprender a pasar las páginas emborronadas de un ayer poco o nada gratificante, viviendo en plenitud el ¡aquí y ahora! de la página en blanco de cada día, de la manera más gozosa, gratificante y exultante que te sea posible".

 

Meichembaum y Turk (1982) describieron tres tipos característicos de enfrentamiento a las situaciones de estrés:

 

- individuos autorreferentes (ineficaces);

 

- individuos autoeficaces (centrados en la tarea);

 

- individuos negativistas (niegan los problemas).

 

'Los autoeficaces', que viven el aquí y el ahora, se centran en la tarea que tienen entre manos y demuestran gran salud e higiene mental. Es fácil distinguirlos porque tienen seguridad en sí mismos y alto concepto de su propia eficacia, saben buscar las exigencias de la situación problemática, presentan atención a los posibles obstáculos que puedan surgir y cómo afrontarlos, y desarrollan conductas adecuadas y eficaces para resolver los problemas.

 

'Los negativistas', al negar los problemas, consiguen que éstos se vayan acumulando y al no afrontarlos ni superarlos, se ven conducidos al desastre, a la ruina mental y psíquica.

 

'¿Qué pasa con los individuos autorreferentes?'. También arrastran una vida de desgracias. Ellos mismos se las buscan. Veamos cómo se comportan, qué actitud manifiestan ante la vida:

 

- Preocupación excesiva por la propia realización (se comparan con los demás).

 

- "Rumiación" de los problemas. Se obsesionan con pensamientos relacionados con el problema, sin buscar conductas para afrontarlo, porque están ocupados en preocuparse.

 

- Preocupación por las respuestas que da su cuerpo y que están asociadas a la activación fisiológica (sudoración, temblor, taquicardia, boca seca, vacío en el estómago).

 

- Pensamientos reiterativos sobre las posibles consecuencias de una conducta inadecuada o de una situación (desaprobación social, pérdida de estatus).

 

- Pensamientos y sentimientos referidos a la propia inutilidad (todo me sale mal, no valgo para nada).

 

'El aprendiz de sabio' hace todo lo posible por solucionar los problemas de cada día, aplicando el sabio principio que dice: "Haz lo que temas", y no se inquieta por el pasado que ya no es ni por el futuro que tampoco ha llegado a ser. En definitiva, se ocupa del aquí y del ahora y lo disfruta, pero no "rumia", no se preocupa, no padece ni de estrés postraumático ni de estrés anticipatorio.

 

(Bernabé Tierno)