Amor verdadero ('Aprendiz de sabio', Bernabé Tierno, 110/126)


Aprendiz de sabio. La guía insuperable para mejorar tu vida

 

- Tercera parte: Cien "lecciones-reflexiones" de sabiduría esencial que deben ser bien meditadas y llevadas a la práctica en la vida cotidiana.

 

- 85.- Amor verdadero.

 

"Amor es encontrar en la felicidad de otro la propia felicidad" (Gottfried Wilhelm Leibniz).

 

"¿Amar? Sí, pero con amor maduro, armónico, basado en la complementariedad de carácter, en la mutua admiracion y en el encuentro gozoso de descubrir que se comparte una misma escala de valores, un mismo proyecto de vida... y el deseo de ver feliz a la persona amada".

 

El amor maduro no llega a cristalizar, no  cuaja si cada persona que ama no posee la necesaria consistencia, seguridad en sí misma y autonomía para sentirse ya suficientemente feliz y completa sin necesidad de nadie.

 

Estarás más capacitado para un amor maduro y para una convivencia más duradera, gratificante, enriquecedora y autónoma, compartida con amor, libertad y autorrealización personal en la medida en que no necesites desesperadamente al otro. Lo deseable y sano es que, pudiendo estar solo/a, sin sentirte un ser desgraciado y desamparado, decides enriquecer y enriquecerte compartiendo tu vida con esa persona con la que te sientes muy a gusto, a la que haces y te hace feliz.

 

Te equivocas, y además te causará muchos disgustos si pretendes, algo imposible, que la relación amorosa te proporcione una seguridad, madurez, equilibrio emocional o psíquico y autonomía que no posees. La relación en sí misma no aportará soluciones parciales ni llenará huecos afectivos, mentales o de equilibrio psíquico. El otro solamente puede alentar o potenciar lo que tú ya tienes y eres en alguna medida.

 

- ¿Sabes por qué fracasan tantos matrimonios y parejas?

 

Además del cansancio, del efecto demoledor de los años y de la incontrolable afición a robarle el espacio vital al otro, la convivencia es la asignatura pendiente, y en la pareja no se producen milagros. Si cada uno no aporta madurez, sensatez, control, equilibrio psicológico y autoomía, no se producirá el "milagro" de la buena convivencia.

 

No te queda otra alternativa que ser realista, decidir y comprender tu propia autorrealización, consiguiendo por tus propios medios la seguridad, madurez y equilibrio que necesitas y, una vez logrados, aportarlas a la relación y a la convivencia en común.

 

El amor de que estamos hablando es del amor que busca y desea de verdad el bien de la persona amada y sabe sacrificarse y renunciar a muchas cosas por ella. Otra cosa es el amor (enamoramiento) de los poetas: "Que cuando el amor no es locura, no es amor", dice Pedro Calderón de la Barca. Pero esa "locura" inicial debe transformarse en "cordura" propia del amor maduro, el que dura, sin perder parte de la locura inicial. Ese amor que te da seguridad y te hace sentir gozo, armonía y paz cuando estás con la persona amada, ése sí es amor de verdad. El amor que te lleva a decir interiormente que la persona con la que vives, con sus virtudes y defectos, es aquella con la que un día decidiste vivir y ahora, después de tantos años, sigue siendo la persona con la que deseas seguir viviendo. El verdadero amor, finalmente, no puede subsistir sin el deseo de cuidar a la persona amada y verla feliz.

 

(Bernabé Tierno)