Las "personas-medicina" ('Aprendiz de sabio', Bernabé Tierno, 119/126)


Aprendiz de sabio. La guía insuperable para mejorar tu vida

 

- Tercera parte: Cien "lecciones-reflexiones" de sabiduría esencial que deben ser bien meditadas y llevadas a la práctica en la vida cotidiana.

 

- 94.- Las "personas-medicina".

 

"Aunque un hombre sea débil, la alegría le hace fuerte" (Mary A. Sullivan).

 

"Frecuenta, si es posible a diario, el contacto con "personas-medicina" optimistas, tonificantes, divertidas, ocurrentes, sensatas y con ganas de vivir... No hace falta el refrendo de ninguna investigación estadounidense para afirmar con rotundidad que pasar al menos una o dos horas al día con un buen amigo, compañero de trabajo o familiar afectuoso, cordial, acogedor y tan euforizante que irradia energía positiva por todos los poros de su ser es completamente saludable. Contagia su fuerza interior, su positivismo y su salud psíquica y su simple presencia todo lo transforma y optimiza".

 

Estas "personas-medicina" polarizan toda la bondad, las energías y las buenas vibraciones de su entorno y hasta nos "curan" de las dolencias psíquicas, como levantar el ánimo, sentir más ganas de vivir y superar depresiones de carácter leve.

 

El aprendiz de sabio se entrena a diario para convertirse en persona-medicina, y ya lo es en alguna medida porque esto es lo que persiguen los principios de este libro: procurarse una vida más saludable.

 

En el polo opuesto se encuentran las "personas-enfermedad", estresadas, malhumoradas, pesimistas, quejicas, de funestos presagios, que se enfadan por todo, resentidas, vengativas... si no las evitas, no tardarás en sentirte enfermo, de mal humor y enfadado por todo sin motivos.

 

Este mundo está lleno de personas que dejan pasar y marchitarse las flores de un día del vivir cotidiano porque esperan algún acontecimiento  verdaderamente extraordinario para reír y sentirse felices y así les va, porque a la mayoría les llega la muerte sin apenas haber reído y disfrutado de las pequeñas cosas de cada día, que curiosamente son "las grandes cosas".

 

Podemos tener pocas cosas, pocas cualidades y aptitudes, tan sólo lo suficiente para vivir e "ir tirando", pocos amigos y hasta poca salud, pero si tenemos alegría, si sabemos de aquello que nos hace llorar, nuestra fuerza interior será la de un gigante del espíritu... y podremos con todo.

 

La reflexión de hoy nos lleva a considerar el bien que nos reportará convertirnos en "personas-medicina" y con nuestra actitud contagiar a quienes nos rodean de nuestras buenas vibraciones, pero no olvidemos que para nuestras horas bajas, encontraremos el mejor euforizante y antidepresivo en la compañía de otras personas muy positivas, alegres y cordiales, que nos ayuden a cortar la cadena de pensamientos y sentimientos negativos que nos asfixia y a sentirnos alegres y libres de temores y de falta de confianza en nosotros mismos.

 

Dice el Eclesiastés que el amigo fiel es una defensa poderosa y un tesoro, y yo añado que si además es muy positivo, alegre y optimista también es el mejor médico del alma.

 

(Bernabé Tierno)